Si en las mañanas te despiertas preguntándote cómo puedes hacer más durante el día y cómo eliminar más ítems de tu lista de TO DOs, no te estás haciendo la pregunta correcta.
En lugar de eso, pregúntate primero lo siguiente:
- ¿Qué tipo de persona deseo ser hoy?
- ¿Cuál es mi objetivo a largo plazo?
- ¿Cuál es la mejor manera de lograrlo?
- ¿Qué es lo que puedo hacer respecto a mi objetivo, que hará que todo lo demás sea más fácil o innecesario?
- ¿Cómo puedo disfrutar más lo que hago?
- ¿Cómo puedo hacer mejor lo que hago?
- ¿Cuáles cosas en mi lista de TO DOs son inútiles y debo eliminar?
- ¿Cuáles cosas en mi lista de TO DOs puedo delegar?
- ¿Qué es lo realmente importante para mí?
Cuando te concentras en la cantidad de cosas que puedes hacer, poco importa lo que hagas, nunca será suficiente para ti, siempre tendrás la sensación de que debes hacer más y más.
Cuando te concentras en el qué, para qué y en la calidad de lo que produces, es más probable que hagas lo que es importante para ti, que lo hagas bien y que lo disfrutes.
Entonces, no te preguntes qué tanto. Pregúntate para qué y cómo mejorarlo.