En el artículo anterior te propuse un nuevo hábito: comenzar el día diciéndote “¡Hoy va a tener un Gran Día!”
En este artículo te propongo que termines tu día recordándote en qué aspectos el día que se está acabando fue uno grande y extraordinario.
Haz este ejercicio en tu cama, cuando te acuestes. Que sea lo último que hagas antes de quedarte dormida.
Cuando lo hagas, recuerda todo lo extraordinario que hiciste, las cosas buenas que te pasaron, aquello que agradeces. Incluso, si no todo fue bueno y si te pasaron cosas nada agradables, focalízate en lo bonito y lo positivo.
Este hábito tiene varias ventajas:
- Te ayuda a tener un sueño reparador, porque alimentas a tu cerebro con mensajes positivos justo antes de dormir.
- El cerebro humano tiene tendencia a recordar y fijarse naturalmente en lo malo. Este ejercicio te recuerda lo grande y extraordinaria que es tu vida.
- Se ha comprobado científicamente que aprendemos mejor con el feedback positivo, que con el negativo. Cuando refuerzas lo bueno que hiciste, tienes más probabilidad de repetir lo bueno.