Quien controla tu tiempo, controla tu vida, por la simple razón que tu vida transcurre en una noción llamada tiempo.
Es fácil entender que si otra persona tiene el control de cómo utilizas tu tiempo (parte de él, o todo), tiene el control de cómo transcurren tus días, semanas, meses y años… en fin, tu vida.
Lo difícil es darte cuenta cuándo otra persona está tomando posesión de tu capacidad de decidir qué hacer en cada momento.
Algunos ejemplos de situaciones en la que dejas que otra persona tome control de tu tiempo:
- Tienes cita con alguien a cierta hora y la persona llega tarde o no llega (un amigo, un colega, tu médico). Tú te quedas esperando, sin saber qué hacer durante ese tiempo más que esperar.
- Defines con tu jefe tus objetivos del año, pero él o ella también te exigen controlar tu presencia o ausencia en el trabajo, la hora a la que llegas y sales, sin dejarte ninguna autonomía sobre la manera en la que empleas tu tiempo.
- Tu esposo te exige que llegues a casa a cierta hora, sin ninguna razón aparente o decidida mutuamente.
- Una reunión tiene hora de finalización, pero termina más tarde, sin que te hayan pedido tu opinión al respecto.
- Alguien te pide que hagas algo que no quieres hacer, pero terminas haciéndolo.
Recuerda que si estás dejando que otra persona decida cómo tú utilizas tu tiempo, es decir, qué hacer con él, estás dejando que esa persona controle tu vida y tu futuro.
Recuerda también que el que otra persona te pida algo, o tenga ciertas expectativas sobre tu manera de comportarte, no significa que tú tienes que ceder ante eso. Tus decisiones, tus acciones y tu tiempo sólo son tuyos.
No tienes que esperar a alguien que llegue tarde. No tienes que quedarte en un trabajo en el que te controlen. No tienes que aceptar llegar o salir a ninguna hora que tú no quieras. No tienes que quedarte más tarde a ninguna reunión. En fin, no tienes que utilizar tu tiempo de una manera distinta a la que tú quieras.
Ahora sé honesta. ¿Estás utilizando cada minuto de tu vida como tú lo sueñas? Probablemente no. Empieza observando en qué ocasiones estás dejando que otras personas controlan tu tiempo y comienza a cambiar, una decisión a la vez.