¿Tienes un objetivo que quisieras lograr? ¿Le has puesto fecha?
Una vez que hayas definido tu objetivo (y aquí te explico cómo), y le hayas puesto fecha límite, la etapa siguiente es definir un plan de acción y comenzar a trabajar en él.
Al hacerlo, probablemente te hayas dado cuenta de que empezarás con bastantes ganas, pero que, con el transcurso de los días, la motivación va disminuyendo poco a poco. Esto es totalmente normal, porque la adrenalina inicial que generaba la novedad de lo que estabas haciendo y tu entusiasmo por lograrlo, también disminuyen.
Una herramienta para no dejar tu objetivo en el olvido, es escribirlo a diario.
Comienza el hábito de escribir tu objetivo a primera hora del día.
Para que logres crear este hábito, te propongo lo siguiente:
- Separa ya un lápiz o bolígrafo y el cuaderno en el que vas a escribir tu objetivo cada día.
- Define en qué momento preciso lo escribirás. Por ejemplo, después de despertarte, después de vestirte, después de sacar el plato para el desayuno, después de orinar.
- Coloca el lápiz y cuaderno en el lugar en el que ejecutarás tu nuevo hábito de escribir tu objetivo cada día.
- Practica esta rutina ahora mismo, es decir, haz como si te estuvieses despertando (o te acabas de vestir u orinar) y escribe tu objetivo.