Hace unos meses, fui a un evento en el que, para animar a los participantes, trajeron a un grupo de bailarinas a las que debíamos imitar. Pese a que me encanta bailar, me pareció extraño darme cuenta que mis movimientos no tenían la misma gracia, ni el mismo efecto que las bailarinas profesionales. Luego entendí que una de las razones de eso era que ellas exageraban cada movimiento que hacían, y yo no. Si había que estirar el brazo, yo lo hacía, pero ellas lo estiraban aún más, con mayor fuerza y rapidez. Al tratar de exagerar cada movimiento, mi baile pareció mucho más profesional.
Este descubrimiento me asombró, porque con ese simple truco aprendí a bailar mucho mejor.
Por ello, quisiera explicarte la importancia de la EXAGERACIÓN en la CELEBRACIÓN de cada uno de tus éxitos.
La principal razón de exagerar el celebrar es que, naturalmente, no estamos acostumbradas a felicitarnos por lo que hacemos. La evolución ha hecho que nuestro cerebro busque lo negativo en cada situación, en lugar de celebrar lo positivo. Y es que una situación negativa puede representar un riesgo a nuestra supervivencia; una positiva, no.
Sin embargo, si eres el tipo de persona que lee un blog de gestión del tiempo, muy probablemente tu supervivencia actual no esté en riesgo, y lo que estás buscando en la vida sea cómo mejorar tu rendimiento y el uso que le das a tu tiempo.
Si es así, la celebración es el lugar donde empezar. Si quieres mejorar algo, debes celebrar cada vez que lo haces bien.
Pero no basta con celebrar; debes exagerar la celebración.
¿Por qué exagerar?
Porque seguramente eres como yo lo era con el baile: te sientes bien haciéndolo, crees que lo haces bien, pero no lo haces a diario y tienes un gran margen de mejoría. Y esa mejoría sólo la lograrás con la exageración.
Lo más probable es que tengas tiempo sin realmente celebrar (tus éxitos, tu vida, lo bueno que haces a diario), que te dé pena hacerlo, que creas que sea inútil y que, al intentarlo ahora, tus celebraciones sean un poco flojas, por lo que no te dejarán la impresión de haber hecho algo bueno, extraordinario, que valió la pena ser celebrado. Y eso es exactamente lo contrario de lo que estás buscando.
Te invito a que en este momento hagas lo siguiente:
- Piensa en algo positivo que hayas hecho.
- Celébralo haciendo un movimiento con tu cuerpo, diciéndote algo bonito, haciendo un baile de la victoria, dándote una palmadita en la espalda, saltando o gritando. Poco importa lo que hagas, lo importante es que lo intentes.
- Exagera la celebración. Haz esa celebración el doble de memorable.
- Sigue exagerando hasta que comiences a sonreír y a sentir la diferencia en tu cuerpo y tu espíritu por lo que acabas de hacer.
Poco importa el motivo. Lo importante es que practiques el arte de la celebración, hasta que te vuelvas una experta en el tema.