Imagínate que eres la campeona mundial en tu disciplina (es decir, tu trabajo, tu pasión, a lo que te dedicas o te quieras dedicar). Imagina que eres la ganadora de oro en las Olimpíadas en esa área, la ganadora del Oscar (si el Oscar o un equivalente se diera en lo que haces) o la próxima ganadora del premio Nobel.
Ya me entendiste. Imagina que fueses la mejor de la mejor.
Si ya tienes la imagen en tu cabeza, bien grande, a color, brillante, contigo en el centro de ese cuadro, te invito a responder por escrito a estas preguntas:
- ¿Cómo cambiaría tu identidad? ¿Qué te dirías de ti misma, de tu responsabilidad en el mundo, de quién eres y cuánto vales como persona?
2. ¿Qué pensarías respecto a tu trabajo, a tus colegas, a la gente en general?
3. ¿Cuáles serían tus emociones predominantes? ¿En qué difieren a tus emociones predominantes actuales?
4. ¿Cómo utilizarías tu tiempo? ¿Qué seguirías haciendo y qué dejarías de hacer? ¿En qué tomarías más tiempo y en qué menos tiempo?
5. ¿Qué acciones vas a tomar para reducir la diferencia entre quien eres hoy y ese potencial que existe en ti? ¿Qué tienes que aprender? ¿Qué tienes que comenzar a hacer? ¿Qué tienes que dejar de hacer? ¿Qué puedes hacer de manera distinta? ¿Con qué primer paso vas a empezar para reducir la brecha?