Mito #1 – Yo puedo vivir muy bien mi vida, sin necesidad de planificarla.
La planificación no es una obligación, sino una herramienta que te ayuda a lograr algo.
Manejar bien tu tiempo implica, necesariamente, saber planificarlo.
Esto no significa que no podemos disfrutar del tiempo si no planificamos lo que haremos con él. Al contrario, para aprovechar el tiempo de la manera más eficientemente posible, es mejor identificar nuestras prioridades y objetivos, y cómo distribuirlo con los recursos o limitaciones que tenemos.
Mito #2 – La planificación sólo es necesaria en el trabajo.
La planificación no es nada esencial… si deseas vivir una vida normal y mediocre.
Una vida extraordinaria sí necesita su dosis de planificación, lo que te permitirá identificar qué quieres lograr, cuándo y cómo crees que puedas hacerlo.
Mi consejo es que planifiques tus actividades laborales, personales y familiares.
Planifícalo todo y todos los días.
Mito #3 – Planificar el tiempo nos quita la diversión y espontaneidad necesarias para vivir.
Planificar el tiempo no significa que haremos cosas aburridas. Al contrario, cuando planificamos, podemos dedicar mayor tiempo a identificar realmente qué queremos y qué no queremos hacer. Por ejemplo, si planificas tus vacaciones con tiempo, puedes reservar los mejores lugares para dormir, comer y visitar, sabrás de antemano qué lugares te gustaría visitar, qué puedes esperar del lugar a donde vas, y al hacer todo esto, aumenta tu entusiasmo por esas vacaciones. Es como si la diversión se duplicara. Lo mismo ocurre con cualquier otro momento de tu vida.
Planificar no sólo te permite sacar el mayor provecho de tu tiempo, sino también aumentar el entusiasmo por la actividad planificada.
Cuando planificas una actividad, no significa que estás casada con ella de por vida. Por supuesto que tú puedes cambiarlo todo, en cualquier momento. La planificación es simplemente una herramienta de gestión del tiempo; una ayuda para tu vida.