Deja que tu Yo Futuro maneje tu tiempo. Deja que ese Yo Futuro tome decisiones por ti.
Si hay algo que no resuena contigo en algún momento, si tienes dudas sobre una decisión que vayas a tomar, pregúntale a ese Yo Futuro qué hacer, pídele consejo, pregúntale cuál es el mejor camino a seguir.
Confía en ella, en su experiencia, en su sabiduría.
Cuando tu Yo Actual tenga miedos, dudas, esté atrapada en confusión, pregúntale a ese Yo Futuro qué tiene que decirte al respecto.
Ese Yo Futuro eres tú misma dentro de cinco días, cinco meses, cinco o veinte años. Tú escoges. Eres tú misma, tu misma esencia, pero con todas las cualidades adicionales que le quieras agregar. Es tu mejor amiga, quien te conoce mejor, y sin esos temores o dudas que te llenan actualmente.
¿Dudas entre tomar vacaciones, hacer una pausa general o seguir trabajando, pese al cansancio? Pregúntale su opinión a tu Yo Futuro.
¿Tienes ganas de comer esa torta deliciosa y darte ese gusto, o abstenerte de hacerlo? Pregúntale a tu Yo Futuro.
¿No sabes si aceptar esa oferta de trabajo o continuar con tu trabajo actual? Tu Yo Futuro te aclarará esa duda.
De hecho, ése es parte de su trabajo: estar ahí cada vez que necesites su guía y sus consejos. Nadie conoce mejor lo que realmente sientes -y sin necesidad de tanta explicación- como ella.
Además, mientras más la consultes, mientras más hables con ella, la relación entre las dos mejorará y aprenderán a conocerse mejor.
¿Qué le quisieras preguntar en este momento a tu Yo Futuro?