Ser productiva no es hacer muchas cosas, ni hacer cada vez más y más. Ser productiva es tener la capacidad de hacer lo que es importante. Y para ello, es necesario discernir entre lo que es importante, lo que cuenta, lo que es prioritario, y lo que no.
De lo contrario, pasarás tu vida con la insatisfacción perenne de nunca lograr hacerlo todo. Porque es imposible hacerlo absolutamente todo. Pero sí es posible hacer todo lo que es realmente importante para una.
Y lo que es realmente importante es, primero que todo, aquello que te hace feliz.
No significa que sólo debas hacer únicamente aquello que te haga feliz. A veces, para hacer lo que te hace feliz a largo plazo, deberás realizar actividades que te desagradan, pero que son necesarias para lograr tu objetivo (ir a entrenar para tu maratón, cuando preferirías quedarte en cama durmiendo, distraerte menos con las redes sociales, si quieres aprovechar tu tiempo mejor, etc.) y, otras veces, la vida te presenta con situaciones que, simplemente, no te harán feliz.
Sin embargo, si tu vida está llena de obligaciones que te desagradan, es el momento de comenzar a crear un plan para salir de esa situación y comenzar a hacer aquello que te hace feliz, cada día un poco más.
A veces, son cosas tan sencillas como cantar, bailar, escribir, leer, hacer jardinería, saborear la comida, tomar un baño… que no existe razón para no dedicar unos minutos más al día a hacerlo.
Otras veces, se trata de actividades más complejas que requieren mayor planificación. En este caso, ¿por qué dejar pasar el tiempo sin planificar el cómo y el cuándo?
Hoy te invito a hacer un poquito más de lo que te hace feliz.
La vida es una. Entonces, ¿por qué no aprovechar cada instante que puedas para hacer más de lo que te gusta y te hace feliz?