Si las horas pasan, si tú vas a vivir tu día y tu vida de cualquier manera, poco importa lo poco o mucho que dure, siempre tendrás dos opciones: hacer las cosas bien o hacerlas mal, vivir con la mediocridad como tu aliada o con la excelencia como tu compañera. Tú decides.
Tú decides, pero no te conformes.
¿Por qué conformarse con simplemente hacer las cosas, con salir del paso? Poco importa si es algo que te apasiona o algo que te aburre, siempre tienes la elección. De ti depende cómo tú vives, lo que tú sientes, lo que tú piensas, cuáles son tus resultados.
¿Decides hacer sólo lo básico o buscar siempre la excelencia? No te conformes.
Piensa en lo que acabas de hacer. Puede ser que hayas tenido una conversación con alguien. Si es así, ¿escuchaste a esa persona con atención o lo hiciste por obligación, pensando en otra cosa o viendo tu celular? Quizás estabas trabajando. Si es así, ¿lo hiciste con la intención de dar lo mejor de ti o de simplemente por salir de paso? En todos los actos podemos buscar la excelencia.
La decisión entre hacer lo mínimo necesario o buscar la excelencia, es tuya. No te conformes.
La vida es única. No te contentes con lo mínimo. Busca la excelencia. No te conformes.