En Qué harás para que tu día sea memorable, vimos cómo hacer para que el día sea fenomenal e inolvidable.
Al leer este artículo y al tratar de hacer que tu día sea inolvidable, quizás tengas la impresión que todos los días de tu vida deban ser así, y te frustres al darte cuenta que las cosas no funcionan de esta manera.
Hay días en los que quizás estés enferma o tan cansada, que no tengas ganas de hacer nada extraordinario. Otros días te sentirás triste o frustrada y en otros alguna sorpresa, no tan positiva, ganará la partida. Esto, sin olvidar nuestro ciclo hormonal, que llena de diversidad cada una de nuestras semanas.
Quiero decirte que todo esto es normal. Que la vida es un 50-50 de emociones, que no todo tiene que ser color de rosas y que es mejor que sea así. Peor que sentirse mal, es sentirse mal por sentirse mal.
Sin embargo, hay otra cara de la moneda. Hay momentos de la vida en los que sí estamos bien y que en ese 50% entonces sí vale la pena hacer un esfuerzo adicional para hacer que lo que parece ordinario, se vuelva extraordinario. Que la vida vale la pena ser vivida, no como una rutina gris, completamente repetitiva, sino para experimentar lo que tiene de hermoso, de poético, de fantástico. Y si no nos esforzamos un poquito más, preguntándonos cómo hacer para que nuestro día sea fenomenal, habremos desperdiciado este regalo único que se llama la vida.