En este artículo te presento cinco maneras muy comunes de distraerte y las soluciones para evitarlas.
N°1 – Aceptar las distracciones
Si crees que no hay otra solución más que aceptar las distracciones, nunca buscarás maneras de evitarlas o de lidiar con ellas.
Si éste es tu caso, lo primero que debes hacer es reconocer que trabajar de manera concentrada, sin distracciones, no sólo es posible, sino la mejor manera de hacer tu trabajo con mayor disfrute, en menos tiempo y con una mayor calidad.
N°2 – Tener objetivos muy generales o no tenerlos
Si no tienes objetivos, si no sabes exactamente cómo utilizar el momento actual, es muy fácil perderlo en actividades inútiles. Igualmente, si tus objetivos son muy generales, te será fácil distraerte.
Por ejemplo, si deseas “rebajar peso”, pero no sabes cuánto, ni cuándo, aceptarás comer dulces de vez en cuando, porque podrás bajar peso más tarde. En cambio, si defines una meta más específica, como “rebajar 1 kg en una semana”, probablemente no te permitirás comer ese dulce.
N°3 – No adaptar tu ambiente
Una de las formas más fáciles de distraerse es no adaptar tu ambiente para disminuir las distracciones.
Con esto me refiero a dejar que las distintas fuentes de distracciones entren fácilmente en tu vida, sin tu control, ni autorización.
Por ejemplo, si tienes tu teléfono a tu lado mientras trabajas y que, además, todas las alarmas, mensajes y notificaciones suenan apenas aparecen; si los correos electrónicos interrumpen tu trabajo; si cualquier persona puede venir a hablarte mientras tratas de avanzar en tus proyectos, te será muy difícil no distraerte.
Por ello, te aconsejo que identifiques cuáles son tus principales distractores y que modifiques tu ambiente para evitar ser desconcentrada cuando más lo necesitas: cambia la configuración de tu celular y tu computadora, vete a trabajar en un espacio más aislado. Haz lo que sea necesario para que un espacio silencioso, propicio a la concentración, sea la regla.
N°4 – No poner límites
Dejar que todo y todos te desconcentren es una manera muy común de distraerse y perder tiempo a la hora de trabajar. Poner límites a esta situación es la solución.
Para poner límites, lo primero que debes hacer es reconocer que tienes el derecho y el deber de trabajar sin distracción, y que esto no es un acto de egoísmo, sino de amor hacia ti (porque reconoces tu derecho de querer trabajar sin distracción), para tu trabajo (que merece ser finalizado) y para los demás (que merecen, en el momento adecuado, tu concentración hacia sus problemas o necesidades).
N°5 – Luchar contra las ganas de distraerte
Otra manera de distraerse es evitarlo a toda costa.
La tentación de distraerse, las ganas de hacerlo, puede ser una señal de que necesitas descansar. En estos casos, no luches contra esa señal. Descansa un poco, respira, mira por la ventana, camina. Luego de unos minutos, vuelve a trabajar.
Si la distracción -pese a tus esfuerzos por cambiar el ambiente o poner límites- viene de otra persona, acéptala. Escúchala con todo tu ser. Una vez la distracción se acabe, vuelve a tu trabajo.
Una distracción planificada es la solución. Aceptarla cuando no hay otra solución, es lo más saludable para tu paz mental.